domingo, 26 de diciembre de 2010

Amo la vida

Amo la vida!  
Reir con ella 
disfrutar sus constantes cambios, 
y apasionarme con lo que me ofrezca...


Estudiar sus matices, 
explorar mi imaginación 
y crear nuevas realidades.  


Expresar en la prosa su variedad, 
sus sabores, y emociones.  


No busco libretos, 
ni seguir protocolos, 
solo la espontaneidad que la caracteriza.  


En el amargo fracaso o en el adictivo éxito, 
con el corazón roto o el abrazo cálido de una compañía, 
con el miedo penetrante o el valor llenando mi pecho


amo la vida y a quien también le ame!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Viaje con zoombies

Salí de casa....
No llevo un ipod
Mi celular no tiene música.
Solo soy yo y mi mochila...

Pasa el bus de acercamiento y lo tomo.

En su interior está la gente desfigurada, sin caras, calladas y con el vaho atorado en sus gargantas.
Sus ojos acusan dolor, inseguridad, preocupación y egoísmo, están atrapados en un mundo ajeno.
Sus oídos están bloqueados, tapados con los distintivos audífonos blancos. 
Es curioso, en un mundo en que te prometen diferenciarte al resto solo te ves como ellos mismos.

Sus bocas están cerradas, sus mejillas caídas de atrofia, sus ojos perdidos y con el cristalino resquebrajado,
Mientras yo les miro, me pregunto, 

¿Por qué no estás feliz hoy día?
¿Porqué decidiste tomarte la vida en serio?
¿Porqué es tan importante ser mejor que el resto?
¿Porqué olvidaste lo que es ser un niño?

Termina el viaje y debo bajarme, camino al metro, lento; 
disfruto el día que ha llegado; 
mientras el rebaño se aleja apresurado...
y escucho su silente marcha, inexpresiva, casi como zoombies

No he traido un Ipod...
No tengo música en el celular...
Solo soy yo y mi mochila

He llegado aquí de modesta forma...

a perderme en unos ojos apasionados,
a escuchar al perro ladrar,
a tu amiga reír,
a la gente conversar,
a escuchar "la próxima estación es..."
a empujar puertas de un solo sentido
o a escuchar el bip! al entrar
a subir y bajar escaleras a la marcha impuesta por nuestros pasos
a escuchar al tenor cantar en la entrada a cambio de molido
a leer sobre la charla que me perdí o el concierto que nunca iré
pero por sobre todo estoy aquí para conocerte,

deja el ipod,
silencia el celular
que importa la estación
sentémonos en el piso,
cuéntame como será tu día o como fue el de ayer,

quiero saber....
















lunes, 20 de diciembre de 2010

Recuerdos del parque

Siento el susurro de las verdes hojas renuentes a caer, mientras el viento acaricia su verde piel y este escurre deslizándose,

me recuerda;

A mis manos deslizándose por tus sedas de cobrizo color, ese color vívido, como el color de nuestras montañas que se funden con el marchito desierto en variados matices de sulfurosos tonos.
Tal como se funden tus cabellos en tu piel mate, colorida por el tiempo, desgastada por la vida y suavizada con mis caricias.
Y que ante el exuberante amarillo del brillante Dios Ra, cálida y morena ella viste, como la arena que forma los paisajes del desierto en busca del mar; con onduladas formas, formas extravagantes, formas femeninas y seductoras.
Y a veces decorada por la divina lluvia que su rastro deja florecido al marchito exiliado, vistiéndolo de gala en un fino vestido floreado.

Entonces aflora el olor a vainilla del café que está justo al doblar la esquina,

me recuerda;

A esa esencia que olvidas en mi almohada cada vez que partes.
Al sabor de tus besos, mientras me acaricias suavemente y luego desapareces.
Al calor de tu cuerpo que no me abandona ni aún en tu ausencia.
Al rastro que deja tu perfume en el aire.
Al sabor a campo de tu piel.

La gente murmura en conversaciones absurdas, que no comprendo;
entonces recuerdo;
Como tus pensamientos mas alocados, se parecen
Como tus celos inexplicables, se oyen
Como tus gritos de furia, son silenciados por la pasión que en ellos existen
Como tus risas, locuras y errores, que no tienen sentido y que no merecen sentido, solo te identifican, te forman, te definen.

Mientras el cielo me muestra su rostro infinito y la luna me hace compañía,
recuerdo;

El brillo profundo de tus ojos,
el alma escondida que se oculta tras esos cuerpos celestes,
su brillo complejo, su calor interno, la presión y la libertad que los rodea
lo que ven y añoran cada día,
las realidades desdichadas, los encuentros felices, la vida misma que te ha formado,
y por sobre todo a ti, perdida en un océano de posibilidades, enmarcada, acotada en tu mínima estatura y sin embargo;
Valiente, amada, segura y comprometida con tus entrañas, con tus deseos, contigo misma.
Deseo verte...

Mientras el cigarro se acaba, noto que ya no necesito recordarte;

es hora de partir a casa, a tu encuentro...